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Pienso que en estos momentos
tal vez nadie en el universo piense en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría
Y aquí empieza el abísmo,
como cuando me duermo
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.
Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se paresca a salvarlo.
Roberto Juarroz ( Dorrego, Buenos Aires, 1925 )