domingo, 3 de febrero de 2008

LA MUERTE VIAJA A CABALLO

Al atardecer,sentado en la silla de cuero de becerro
el abuelo creyó ver una extraña figura, oscura, fragil
y alada volando en dirección al sol. Aquel presagio
le hizo recordar su propia muerte. Se levantó
con calma entró a la sala. Y con gesto firme, en
el que se adivinaba, sin embargo, cierta resignación,
descolgó la escopeta.
A horcajadas en un caballo negro, por el estrecho
camino paralelo al rio, avanzaba la muerteen un frénetico
y casi ciego galopar. El abuelo, desde su mirador
reconocío la silueta del enemigo. Se atrincheró
detrás de la ventana, apronto el arma y clavó la mirada
en el corazón de piedra del verdugo. Bestia y jinete
cruzaron la linia ímaginaría del patio. Y el abuelo
que había aguardado desde siempre este momento
disparó. El caballo se paró en seco, y el jinete, con el
pecho agujereado, abrio los brazos, se dobló sobre si´
mismo y cayó a tierra mordiendo el polvo acumulado
en los ladrillos.
La detonación interrumpió nuestras tareas cotidianas
resonó en el viento cubriendo de zozobra
nuestros corazones. Salimos al patío y, como si hubiéramos
establecido un acuerdo previo, en semicirculo´
rodeamos al caído. Mi tío se desprendió del grupo, se
despojó del sombrero, e inclinado sobre el cuerpo aún
caliente de aquel desconocido, lo volteo de cara al cielo
Entonces vimos, alumbrado por los reflejos ceniza
del atardecer, el rostro sereno y sin vida del abuelo

Ednodio Quintero ( Venezuela 1947 )

2 comentarios:

Mariuska Arapé dijo...

Ednodio Quintero es palabra mayor. Sus novelas son buenas pero yo me quedo con el cuentista, cosa que no creo que le guste mucho a él. ¿Qué piensas tú? Salud,
mcn

Carlos Eduardo Fuenmayor dijo...

Yo también prefiero sus cuentos